La inteligencia, la belleza, el dinero el exito son instignificantes mondaduras de kiwi, al lado de la fruta de la pasión.
El amor transforma el ruido de los coches en melodia, la hambuerguesa grasienta en un plato esquisito, el desván de un palacio real.
Pegas el billete de metro en tu libro preferido, guardas un mechón de pelo en tu monedero, o una manoseada carta de amor bajo la almohada , pones mil fotos de él al alcance de tus ojos.
Cruzaróas la ciudad a la pata coja, solo por un beso, desfilando la noche, el frío, la lluvia para verle lo antes posible, burlándote de las miradas, de los mosquitos y de la antipatía.
Ríes por cualquier cosa, te poenes a guritar en pleno parque, puedes estar días enteros sin comer ni beber, haciendo guirnaldas de flores.
Tiemblas esperando una llamada que no llega, lloras por una cita fallida, temes no ser suficiente, te da rabia cuando el reloj te indica que la ora de irse.
Los ojos brillan, el cuerpo se tensa, el cabello baila y los labios chocan.
La intensidad de un Te Quiero vale una vida, el sol luce incluso de noche y la luz de la luna te pega en la cara, las preocupaciones se tiñen con un toque de esperanza y te pasas el día con la sonrriasa en los labios.
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